Publicada por primera vez en 1929 con seudónimo debido al carácter escandaloso de su crudo realismo y de su fiel reproducción del lenguaje soez de los soldados se nutre de las experiencias del autor como soldado raso en la batalla del Somme la más sangrienta de la historia del ejército británico y de un talento literario único. Considerada hoy en día un clásico indiscutible de la literatura de la Gran Guerra, suscitó encendidos elogios de ilustres como T. E. Lawrence, T. S. Eliot, E. M. Forster, Ezra Pound y Ernest Hemingway, quien afirmaba leerla todos los años «para recordar cómo fueron realmente las cosas, de manera que nunca tenga que mentirme ni a mí ni a nadie sobre esto».