El Humanismo Socialista no es un "socialismo" más. Tampoco es "marxista" ni "leninista" ni "maoista" y mucho menos "stalinista". Todo lo contrario, él es profundamente humanista y espiritual. Constituyendo esencialmente el encuentro holístico y sinérgico del ser humano consigo mismo, con su auténtica racionalidad y espiritualidad, con sus Derechos Humanos, con la sociedad, con el Estado, con la naturaleza, con el universo, con Dios.