Los cátaros representaron una de las grandes herejías a la que se enfrentó la Iglesia católica durante la Edad Media. Extendidos por toda Europa con diferentes nombres, la región donde tuvieron más influencia fue Languedoc. Los cátaros, con unas creencias fundamentadas en la Biblia, en especial en el Evangelio de San Juan, practicaban unas formas de vida estrictas, que incluían la continencia sexual, el trabajo manual y la abstinencia de carne. A pesar de su desaparición hacia el siglo XIV, los cátaros dejaron una fuerte impronta en el actual sur de Francia.