"El inspector Thomas Pitt recibió la llamada en su casa a la una y cinco de la madrugada, y a la una y media se encontraba en el extremo sur de Westminster Bridge a la fría intemperie, mirando el cadáver de un hombre de mediana edad vestido con un elegante abrigo negro y un sombrero de seda. Estaba atado por el cuello a una farola mediante una bufanda blanca. Tenía un corte profundo en la garganta; la yugular estaba cercenada y la camisa empapada de sangre..." El asesinato de tres miembros del gobierno hace cundir el pánico, y el célebre investigador de Scotland Yard deberá enfrentarse a uno de los casos más espinosos de su carrera...