En la taberna que frecuenta, Tsukiko, de treinta y siete años, encuentra a un hombre solitario y elegante que le dobla la edad. Se da cuenta de que le conoce: había sido su profesor de japonés. Ella es soltera, él vive solo. Un interés mutuo los lleva a verse de vez en cuando, y pronto empiezan juntos a improvisar planes. De forma imperceptible, por medio de pequeños gestos, establecen una complicidad que se transforma en profundo cariño.
En su adaptación de la novela de Hiromi Kawakami El cielo es azul, la tierra blanca, Jiro Taniguchi trata con brillantez el tema de las relaciones amorosas. Un relato intimista y delicado, trufado de alegrías fugaces y de encantamientos cogidos al vuelo.