Más allá de su historia, es una ciudad en permanente crecimiento donde el consumo responsable cobra especial importancia a fin de convertirla en un proyecto sostenible. Londres parte con una gran ventaja, pues está repleta de parques y zonas verdes abiertas al público gracias a la tradición aristocrática, hoy extinta, de establecer cotos de caza sin necesidad de trasladarse fuera de la ciudad. Además, con el tiempo ha ido creciendo la sensibilización por la preservación del entorno natural o la utilización sostenible de los recursos, tanto a la hora de velar por el entorno existente como por modificar los hábitos de sus habitantes y visitantes.
Se trata de una urbe tomada por gente de todo el mundo, en medio de la cual pululan, con aire muy inglés, los ciudadanos londinenses, como ausentes, centrados en sus quehaceres y ajenos a lo que sucede a su alrededor.