Una mujer y una niña procedentes de un pueblecito pequeño llegan a ese enorme poblachón manchego que aún era Madrid. Mujeres solas, mujeres sin hombre: ceros a la izquierda, solo les queda el trabajo, como sea, y a ello se dedicarán con ahínco para intentar salir de una pobreza total.
Desde una adolescencia complicada, Lola asumirá su deber y ayudará siempre a su madre. Será una mujer distinta, libre, en una época machista como ninguna; conoce sus objetivos, es guapa y por eso los hombres querrán utilizarla, pero ella tratará de controlar su corazón y su vida para resistirlos y disfrutarlos a la vez, aunque a veces duela tanto una separación.
Lola es un canto a la mujer independiente y trabajadora que planifica su vida y mantiene al macho, siempre al acecho, a raya y en su rincón. Lola es femenina pero no feminista, sabe lo que ha de hacer y lo hace. Tiene su hábitat y desarrolla en él su vida.
Cuantos la conocimos, todos, nos enamoramos, de una forma u otra de ella: guapa, con estilo, desenvuelta, cercana, inteligente y enormemente trabajadora. Eso fue la vida para ella, trabajar para poder descansar, pero siendo mujer y en aquella época, eso era muy difícil. y lo consiguió. Mi siempre querida Lola, heroína anónima, de verdad, del día a día, hora a hora, de las que hay tantas y no se ven, pero están.