Cuando la razón cede el trono a la pasión y decir ?te quiero? se queda pequeño, se inicia un camino inquietante, incontrolado, perverso, un camino de misteriosa belleza, desconocido, siempre nuevo. Desconocido porque quien ya ha estado no lo quiere o no lo puede contar, y nuevo porque nunca es igual, siempre sorprende y cada sensación supera la anterior.