En primer lugar, Egindakoa, realizado por Jose Maria Kortazar, parte de la proclamación en 1963 de la Constitución Sacrosanctum Consilium del Concilio Vaticano II. Recoge los avatares que han ido produciéndose en la historia de la liturgia en euskera, mostrando momentos y bibliografía significativos.
El segundo, Egitekoa, escrito por Angel Mari Unzueta, toma como punto de partida la idea de que nuestra Iglesia está en un segundo momento de recepción del Concilio y propone una lectura de varios documentos eclesiales en torno la inculturación. Sin perder de vista que la cuestión más importante no es el euskera o el castellano, sino conseguir una liturgia viva, que sea significativa para los hombres y mujeres de hoy, con sus gozos y esperanzas, tristezas y angustias.