A finales del siglo XII e incicios del XIII se desarrolla en el norte de Francia una literatura narrativa, en verso y en prosa, dedicada a cantar los hechos legendarios de los antiguos bretones del reino de Arturo. Caballeros errantes, bellas damas, hadas, gigantes, hechiceros, espadas mágicas, recipientes milagrosos tejen numerosas aventuras sobre un doble trasfondo ideológico: las doctrinas éticas y espirituales de la caballería y la hegemonía de los sentimientos amorosos proveniente del código cortés. El libro analiza la veintena de novelas consagradas a ese objeto, mágico y místico a la vez, que es el Grial, siguiendo la evolución de la leyenda hacia una cristia-nización de los mitos paganos, los temas permanentes y la recurrencia de personajes, Arturo, Lanzarote, Perceval y Galván en especial, que les confieren unidad, pese a la diversidad de autores.