Sin la menor duda, Ligeros libertinajes sabáticos reúne todos los requisitos que pueden satisfacer tanto al más refinado erotómano como al lector que comienza a iniciarse en el campo de la literatura erótica. He aquí una serie de historias rebosantes de imaginación, llenas de sugerencias más o menos veladas y, por encima de todo, llenas de deseo en el más carnal de los sentidos.
Luis G. Berlanga las describió como ereccionales o humedecedoras , según el caso, y el lector podrá comprobarlo con relatos tan suculentos como «Pincho moruno» o «Pascualino y los globos» ; podrá asimismo descubrir las infinitas posibilidades que ofrece la gastronomía con «Una mujer sorprendente» o, en fin, tal vez acabe corroborando sus sospechas de siempre en torno a la relación que unió al Dr. Watson y Sherlok Holmes en «Dos socios inolvidables o el erotismo de la lógica».
Sin perder un ápice de su eficacia erótica, cada uno de estos relatos contiene un barniz de ironía que les hace apelar no sólo a la sensualidad sino también a la inteligencia y al sentido del humor del lector.