Conservada en un único manuscrito y redactada en el tercer cuarto del siglo XV por el dominico y maestro de teología Juan López de Salamanca para su hija espiritual, la condesa de Plasencia, doña Leonor Pimentel, la obra muestra el intento por satisfacer la devoción y espiritualidad de una dama noble castellana siempre bajo el control eclesiástico ejercido por su confesor y director espiritual.