El libro retrata a un librero heroico y una sociedad rota por las guerras y el fanatismo, en un país donde pensar es una actividad subversiva.
Después de la caída de los talibanes, la popular corresponsal de guerra se instala en casa del librero Sultan Khan, en Kabul, y convive durante varios meses con su familia, convirtiéndose en testigo directo de su vida cotidiana, de sus problemas, sueños y esperanzas.