¿Quién no se ha preguntado alguna vez por la voluptuosa modelo que Klimt utilizó con obsesión en sus cuadros? Leonora Midelburg, la sensual compositora vienesa, es un mito, un ideal de la belleza que nacerá de la fusión de los colores de Klimt y de la música de Mahler, una mujer que esconde en su corazón los deseos dormidos de las mujeres de su época y que representa la última frontera de las conquistas femeninas: el derecho a la creación artística.