Su humanidad y sus palabras son tan españolas y a la vez tan universales como el viento. León Felipe es, quizá, nuestro poeta más olvidado, seguramente porque no perteneció a ninguna generación o grupo. Su voz, personalísima, ha influido a Dámaso Alonso, Blas de Otero, Celaya, Pablo Neruda o Ernesto Cardenal.