Un marco, claro, que no es el nuestro y fuera del cual sería difícil explicar, no ya el significado y sentido histórico de la Revolución de Octubre, sino, efectivamente, el yo mismo de su primer protagonista.
Por ello, a caballo entre la literatura y la historia, entre la comprensión del personaje y la comprensión de un proceso político ya en marcha desde el movimiento decembrista de 1825 y de raíces aún más antiguas y profundas, esta versión de la vida de Lenin ni ensalza, ni condena; pretende, sobre todo, entender. Entender la vida de un revolucionario singular en pos de una revolución igualitaria. Aunque sus actos, en ocasiones, enterraran en el barro de la realidad el ideal que había movilizado ese sueño.