Argumento de Lenguaje Tachado
Naturaleza variada la de este libro: incluye artículos sobre el concepto de tradición, sobre las coplas picarescas en el folklore, sobre el cante flamenco y sobre el Poema de las tres morillas, además de estudios críticos sobre escritores y poetas esenciales de nuestra tradición (san Juan de la Cruz, Cervantes, Machado, Lorca, Hernández, etc.). Incluye también presentaciones de libros propios o ajenos y prosas impresionistas (y que impresionan) sobre diversos asuntos literarios, sociales y políticos. De sátira, panfleto y esperpento va todo el capítulo VII (Museo ibérico), que trata de la corrupción política en Andalucía y en España. Corrupción que se extiende, en otros capítulos, al mundillo literario, en especial al de la poesía, donde huele a todo, menos a rosas. En ese reino cerrado y sacristanesco sólo pueden florecer las sectas (una sobre otras), las mafias (sobre todas una) y el dictado de Juan Palomo. Amparado todo esto por un sistema educativo que ya no forma lectores y por una crítica literaria que ha decidido comercializar como verdades las mentiras más evidentes. Más allá de esta diversidad temática, también de su erudición sin afectación y perspicacia intelectual, hallamos un hilo conductor que le dota de una poderosa unidad y coherencia: el inquebrantable compromiso de Ruiz Amezcua con los vencidos y humildes, con los zaheridos por el poder, su persistente voluntad de poner voz a lo silenciado, marginado o tachado. Expresado todo ello con la crudeza de una prosa que asume la ingrata, pero necesaria tarea de llamar en nuestros días a las cosas por su nombre y desenmascarar -pese a quien pese- las estrategias de la represión y el falaz (en)canto de sirenas de las modas, incluidas las poéticas. Atraviesa el libro un espíritu rebelde que analiza la realidad y los procesos culturales e históricos que la forman, la crean y la inventan. El adorno de un estilo muy personal, certero como la poesía de Amezcua, convierten estas páginas en un descubrimiento lúcido, original y auténtico. Se afirma así el libérrimo pensamiento que este libro alberga, ejercido desde una doble responsabilidad: intelectual y moral.1