En los pocos ratos libres que le deja su posesiva madre, Sofia conoce a Ingrid Bauer, una alemana instalada en la zona, y a un apuesto socorrista de la playa. Y bajo el inclemente sol de la costa andaluza se desarrollará una hipnótica historia de autodescubrimiento, iniciación sexual cargada de ambigüedad, deseos regidos por la confusión y búsqueda de espacios de libertad frente a una madre enferma y controladora. El escenario es una zona desértica en la que antaño se rodaron legendarios spaghetti westerns , donde el único verde de vegetación es el de los campos de golf y el mar está infestado de medusas.
Con estos elementos Deborah Levy construye una novela envolvente, sensual y perturbadora, narrada por la vacilante Sofia, en la que asoman equívocas pulsiones sexuales, sombras del pasado, el padre griego ausente al que decide visitar, y la inquietante presencia de monstruos y mitos intemporales: las medusas, la Medusa.