La historia fue más o menos así: en Oriente había tres reinos pequeños que eran vecinos. Los tres reyes eran sabios, magos y amigos; y las tres reinas eran amigas, alegres y generosas. Todo habría ido como una seda si no fuera porque aquellos tres matrimonios no tenían hijos y eso les entristecía un montón. Así empieza un hecho de hace poco más de dos mil años. De repente, los tres reyes magos y sabios salen a toda pastilla, sin decir adiós a sus esposas. Ellas se quedan esperando, intrigadas. Y cuando vuelven montados en sus camellos, les explican una historia increïble... tanto que aún hoy en día se explica cada Navidad.