Cuanto más tiempo pasaba allí, menos soportaba la idea de marcharse...
Cuando vio aparecer a Roxy Adams al volante de su Porsche amarillo, el sheriff supo que ni él ni su pequeña ciudad volverían a ser los mismos. En sólo veinticuatro horas había tenido que sacarla de una pelea, meterla en el calabozo... y había pasado los mejores momentos de su vida junto a ella. Y, aunque sabía que pronto se iría, Luke decidió asegurarse de que echaría de menos estar entre sus brazos. Seguramente el sheriff la consideraría una niña mimada con ganas de llamar la atención, pero lo cierto era que se había marchado de Dallas para no meterse en más líos. Tenía la intención de quedarse sólo el tiempo necesario para reunir fuerzas y continuar su camino. Mientras, disfrutaría de los encantos del lugar... y de sus habitantes. Lo que no sospechaba era que su pasado la perseguía...