La diferencia más importante entre el mundo moderno y el tradicional es, sin embargo, otra: hoy en día, individuo y colectividad se ven impelidos a buscar constantemente cosas nuevas, un deseo errático para el cual no existen metas ni fines últimos, que sólo se hacen evidentes ante la inminencia de una catástrofe, una crisis. En un contexto semejante, ¿cómo trazar, cómo concebir valores morales?