Eduardo Souto
Dentro de doscientos, trescientos, quinientos años, el ser humano tendrá colonias en Luna, en Marte, en Venus... y las máquinas se habrán desarrollado hasta extremos asombrosos, pero eso que ahora llamamos sector público será cada vez más endeble, continuará creciendo la exaltación de ciertos fundamentalismos, habrá fuertes restricciones energéticas y seguirá deteriorándose el equilibrio biológico del planeta Tierra, lo que producirá, paradójicamente, grandes beneficios empresariales. Surgirán nuevas profesiones -polinizadores, guardianes del agua, coordinadores de diversos tipos de robots...- pero también seguirá habiendo fútbol, peritos de seguros y buscadores de antigüedades tales como los libros.
José María Merino, privilegiado conocedor de ese futuro a través de un viaje en el tiempo realizado en 2001 en una universidad norteamericana, nos ofrece este conjunto de 17 cuentos. En ellos se muestra un homenaje muy personal a la ciencia-ficción clásica a través de tramas peculiares -aparentes pesadillas que el cambio climático, entre otros fenómenos, convertirá en sucesos cotidianos- pero también se mantienen aspectos habituales en la narrativa de Merino: la extrañeza ante la realidad, la importancia de la ficción y del simulacro, el valor dramático del espacio, la memoria como fuente del sentimiento.