Hélène Seydoux establece brillantemente cómo en la ópera, más que en otras formas artísticas ?literatura, teatro o cine?, las mujeres reciben el máximo privilegio al otorgar a las cantantes el mayor espacio lírico. Seydoux analiza las grandes óperas de los grandes compositores y trata de buscar un modelo emblemático femenino que sirva como referente común en el ámbito del bel canto, mientras trata de buscar paralelismos con la época, la sociedad, el momento en el que las óperas fueron creadas intentando establecer hasta que punto estas son reflejo de esas condiciones. Porque la ópera también es una interpretación del mundo. La autora, se aleja de la tesis de la musicología y ayuda al lector a descubrir (o a redescubrir) los placeres de la tragedia lírica, la comedia bufa o el drama jocular.