«Podía haber acabado con esta conclusión, volver a mis cadáveres, a mi investigación monótona y precisa, alejarme de allí, pero algo me atrapó entre aquellas libretas. Al terminar el día, al final del trabajo regresaba a la casa. Convencí a la casera y me dejó la llave. Entraba libremente. Dejé mi apartamento. Sin entender por qué quería seguir allí. Buscaba la verdad (más verdad, más certeza, más vida, más historia, si es que esto era posible) y el único camino que me llevaría a eso (si de verdad era eso lo que estaba buscando), era seguir leyendo.»