Las telenovelas siguen mostrando al mundo un sorprendente poder de seducción y la capacidad de reflejar a su manera la evolución de la cultura. Propone matrimonios múltiples en Occidente y mujeres independientes en Oriente. Puede convertir un texto milenario en pasión de multitudes y hacer una obra maestra con un cuento para niños. A veinte años de Mujeres peligrosas. La pasión según el teleteatro, Cecilia Absatz vuelve a sorprendernos con un ensayo brillante y peleador. El rotundo éxito de Avenida Brasil y ahora el de Las mil y una noches, con el que Turquía entra a competir en el mercado de las telenovelas de calidad, hizo insoslayable la pregunta por la vigencia de las reglas y características que se consideran clásicas del género. Muchas cosas han cambiado. Nina, en Avenida Brasil, cumple con todos los requisitos de una heroína hasta que se vuelve un demonio, más cruel que la villana. El héroe de Las mil y una noches, Onur, es un misógino. ¿Por qué algunas novelas tienen éxito y otras no? Cecilia Absatz, fabulosa analista y admiradora de la esencia del género, se anima a afirmar: «Como dice Milan Kundera, la mujer sólo puede ser feliz con un misógino». «El erotismo sigue ausente de las telenovelas. El público comenzó a aburrirse del sexo y se erotizó con el dinero». «En los tiempos de la corrección política, el sadomasoquismo romántico podría entenderse como una nostalgia del machismo». «La corrección política reventó el lenguaje con eufemismos y mariconadas». «El sexo virtual es un sistema de erotismo bastante difundido al que nadie llama masturbación».