El comportamiento de los astros en la esfera celeste está ligado a la medida del tiempo. Gracias a la Astronomía podemos comprender por qué la mayoría de los calendarios se dividen en días, meses y años o sus equivalentes.
Se hace un recorrido por los calendarios que más pueden interesar al común de los potenciales lectores, distinguiendo los calendarios mediterráneos de los americanos por un lado y de los orientales por otro. Se insiste sobre todo en la reforma gregoriana que afectó a nuestro calendario.
Si se fija el límite del comportamiento del sol en lo que, a nuestras latitudes, llamamos día, la medida del tiempo estará relacionada con los instrumentos capaces de medirlo, que son los relojes. Se detiene el autor en la construcción histórica de los relojes de sol y en la clasificación de los mismos, fundamentada en las diferentes definiciones que se pueden dar de la hora, como parte del día.