El descubrimiento del legado material de una cultura prehistórica de excepcional riqueza y belleza junto al hallazgo de una serie de enigmáticas obras en contextos del Paleolítico Inferior, que se apartan de las rutinas tecnológicas de aquel periodo, ha permitido identificar una primordial imagen sagrada, portadora de un remoto mensaje simbólico, que ha evolucionado con la propia humanidad hasta alcanzar el umbral mismo de la civilización postneolítica.