Tratando del tomo que ahora acaba de aparecer, ?Las dialécticas de lo imaginario? (611 páginas), adelantaremos que su contenido apunta a los siguientes temas, a saber: Se parte de la consideración de que la imaginación ha sido objeto de grandes enemistades teóricas a lo largo de la historia y que su actividad ha sido rechazada como si ella fuera ?la loca de la casa?, una fuente de todo tipo de errores (capítulo I), pero también de grandes exaltaciones, como si ella fuera una especie de ?ángel interior? que habitara en nosotros (capítulo II). Sigue un estudio teórico que se pretende equilibrado (capítulo III), y en seguida un análisis de las relaciones entre la imaginación y el lenguaje (capítulo IV). El autor pasa a continuación a estudiar los aspectos biológicos de esta capacidad imaginante , en los ?laberintos del cerebro humano? (capítulo V) , para seguir con unas ?reflexiones profanas? sobre la psicología de lo imaginario (capítulo VI). Se entra, durante las siguientes páginas, en la elucidación de lo que el autor llama el ?efecto ExFa?, y sobre las encrucijadas de lo real y de lo imaginario, como fuente de un posible ?realismo experimental? en el arte y en la literatura (capítuloVII). El capítulo VIII establece las relaciones actuales entre la imaginación y la ciencia, y analiza las cuestiones que plantea una ?tecno-imaginación? a la sombra de las nuevas tecnologías, y sus posibilidades y sus riesgos. El capítulo IX versa sobre ?la imaginación de lo interior? y replantea el gran tema de las aventuras y desventuras teóricas del ?innatismo?. Por fin, en el capítulo X se da noticia de una serie de libros clásicos y actuales en torno a la imaginación . Es un capítulo bibliográfico en el que el autor dedica muy especia atención a las investigaciones de Gaston Bachelard. Por fin, hay un Epílogo ?en el que se resumen varias claves para una noción dialéctica de lo imaginario? y se enuncian varias generalidades al respecto de la misma noción de dialéctica, tan debatida en los últimos años, con lo que se apunta a una nueva filosofía de la imaginación y, en definitiva, a una noción de estética que no recae en la arcaica equivocación ?clásica e ilustre- de estimar que esta es una disciplina que versa sobre ?la belleza?; error que ya el autor ha venido denunciando muchas veces en sus anteriores publicaciones.