Las claves para comprender la actualidad de su pensamiento, siempre
provocador y profundo, deben buscarse justamente en esta capacidad de caminar,
observar, pero sobre todo, abrir las puertas de la percepción a los estímulos
de la "vida nerviosa" que las grandes ciudades nos ofrecen.
Simmel fue un viajero y un caminante de las ciudades europeas, sus iglesias y
sus museos, sus colinas y viñedos, sus ciudadelas y fortalezas, sus ruinas,
sus canales y barcazas. A su mirada nada parecía escapar.