A mis 17 años de edad llevaba una vida casi perfecta, pero un accidente fortuito cambió mi mundo dejándome gravemente desfigurada. Pasé de ser la chica guapa a la que todos miraban, a ser un monstruo invisible para la sociedad. La felicidad se me había escapado de las manos por culpa de los imprudentes actos de otras personas, y eso, no es justo. Puede que no vaya a ser feliz nunca más, pero juro que haré todo lo posible para que los que me hicieron esto, tampoco. Descubriré quienes fueron, los observaré, los conoceré y, no descansaré, hasta destruir lo más importante en la vida de cada uno de ellos. Deja que te cuente mi historia, y la de los que me hicieron así. Fátima.