He aquí, sin duda, uno de los conceptos claves, también uno de los más apasionantes, de la historia, la Propaganda: el vehículo más fecundo para la fabricación de héroes y villanos; un instrumento capaz de provocar una absoluta sintonía entre gobernantes y gobernados. Muy útil, por lo tanto, para encarar la guerra. Y éste es precisamente el objetivo del presente trabajo: analizar cómo la opinión pública afrontó las campañas de Marruecos, una sucesión interminable de sangrientas luchas y sonadas derrotas con motivaciones nunca bien explicadas.
El ejemplo de Salamanca, siempre contrastado con los otros casos, nos servirá como instrumento para acometer tal fin. Lo que se pretende aquí es estudiar los procedimientos empleados fundamentalmente por la prensa local, herramienta excelentísima para la transmisión de propaganda, a la hora de recabar el apoyo del ciudadano en circunstancias tan dramáticas como las entonces vividas.