El itinerario de Olivia Daley era algo insólito, pero ella estaba convencida de que cambiar de aires era el mejor remedio para un corazón roto. China, con sus exóticos paisajes y sus ciudades llenas de vida, le pareció el destino ideal para olvidarse de la gris y lluviosa Inglaterra. Olivia comenzó su andadura en el bullicioso Pekín, donde pronto se vio cautivada por antiguas leyendas de amor y por Lang Mitchell, un atractivo médico inglés de ascendencia china.