Un guerrero siempre está dispuesto a combatir por el equilibrio natural de las cosas, y no para dañarlas o destrozarlas... Porque la violencia es lo que el Guerrero tiene que evitar a toda costa. Y sabe que cuando la razón no vence, la violencia ocupa su lugar. Por eso la razón, el equilibrio de la razón, es el valor que más aprecia. Así, periódicamente, el Guerrero se aparta del grupo y vuelve al silencio. Medita para estar alerta. Busca y se conoce. Porque un Guerrero tiene miedo. Dice: Tengo miedo, pero continúo avanzando. Sabe que no debe intervenir en todas las oportunidades que le ofrece la batalla. Y no defiende o ataca: actúa. Porque la verdadera autodefensa es el respeto a todo y a todos.