Veamos : Valmont quiere acostarse con la marquesa, que ya no quiere acostarse con él. Quiere acostarse con la presidenta Tourvel, que no quiere hacerlo. Se acuesta con Cecilia, que en realidad quiere acostarse con Danceny. Cuando la marquesa se acuesta con Prévan lo hace con la obstinada intención de expulsarle. En toda esa ya célebre apología del placer, ni una sola pareja se mete una sola vez en la cama sin una idea preconcebida en la mente. Y esta idea es, casi siempre, la coacción, coacción que ya no es fuerza, sino y en ello radica su grandeza persuasión, cuyo utensilio más refinado es, naturalmente, la mentira.