Laniakea, símbolo de la inmensidad del cosmos, de lo que no es mesurable, en constante expansión y cambio. Un cúmulo de palabras, como estrellas, dibujan más preguntas que respuestas y nos llevan a la desnudez del alma. Este conjunto de versos y pensamientos no nos contesta ninguna pregunta, pero nos recuerda muchas, no nos da nuevas pautas de conducta, pero nos cuestiona todas las conocidas, no alivia la sed de conocimiento sino que alimenta la curiosidad, otro pozo inabarcable.