A finales de la Edad Media, un inquisidor recorre Europa en busca de indicios de una nueva herejía. El Papa le ha encomendado investigar y erradicar la proliferación de laberintos en iglesias y catedrales como Chartres, Reims, Amiens y Auxerre. Según el Pontífice, se trataría del resurgir de cultos paganos amparados en el mito de Teseo y el Minotauro, una doctrina incompatible con la fe cristiana. En su viaje, el inquisidor se detiene en el monasterio de Santa Maria degli Angeli, dirigido por una abadesa poco convencional que rebatirá con vehemencia sus argumentos defendiendo el valor de la sabiduría de los pensadores antiguos y su complementariedad con el cristianismo. Buscando El pequeño laberinto, una pieza clave en su investigación, el inquisidor tendrá que asumir el desafío de resolver complicados enigmas y afrontar acontecimientos inesperados. Todas estas experiencias le introducirán en su propio laberinto personal, donde descubrirá facetas desconocidas de sí mismo. En esta exploración de su interioridad hallará el camino para encontrar la verdad que tanto ansía. A través de una novela de intriga ambientada en un monasterio medieval, Josep Otón nos presenta el laberinto como una metáfora de temas perennes como la búsqueda interior, el orden del universo y el sentido de la existencia. JOSEP OTÓN, autor de numerosos ensayos, algunos de ellos galardonados con prestigiosos premios, de dos obras de narrativa breve («21 Retratos para el siglo 21» y «Relatos con vivencia. Retratos de interior») y de una novela de aventuras dirigida al público infantil y juvenil («El chamán del Pequeño Valle»), nos ofrece en «Laberintia» un texto donde confluyen una novela de misterio, cuya trama cautiva desde el principio la atención del lector, una novela de ambientación histórica, que nos adentra en los vericuetos de la Edad Media, y una novela de ideas que, tal como confiesa en el «Post scriptum», plantea desde la narrativa cuestiones de gran calado sobre las que ya había escrito en obras anteriores.