Livia De Stefani retrata, a través de una mirada compasiva y casi documental, la vieja Sicilia rústica y profunda de principios del siglo pasado. Traza con maestría impecable los rasgos de una familia, de una tierra, de una época, de una sociedad hipócrita y opresiva donde la jerarquía, el miedo y la sumisión son los engranajes que mueven el mecanismo de la vida diaria. Con las pinceladas de un lenguaje rico y florido, este libro captura al lector en las primeras páginas y lo guía, inerme, a través de la tragedia cotidiana y amarga de una familia abocada a la devastación.