Una realidad cruda, difícil de aceptar y agotadora, ya que en cada una de sus reencarnaciones sufre una nueva injusticia, reflejo de las costumbres de un condado remoto de la China de la segunda mitad del siglo XX.
La vida y la muerte me están desgastando es un relato magistral al que no le falta el humor más ocurrente y ácido. Mo Yan se convierte en personaje, cita su propia obra y se ríe de sí mismo. Una apuesta arriesgada que roza la perfección desde la perspectiva más exigente.