Me dirás que han de hacerse, sin su peso,
las barcas a la mar; que sigue, terca,
la ola a su vaivén, y que París
en una noche arregla todo eso.
Y, sin embargo, con un hombre ha muerto
una tarde perdida entre las otras,
tan sólo suya. Siguen esperándolo
un parral, una silla y el almendro.
Contra la historia de Miguel Ángel Velasco.
Miguel Ángel Velasco nació en Mallorca en 1963. De precoz vocación poética, a sus primeros escarceos líricos le favoreció un riguroso azar con tempranas distinciones, lo que le llevó a recibir el Premio Adonais a los dieciocho años. Circunstancia ésta de la que se repondría a lo largo de una década de abstinencia editorial. Mientras tanto concluye una licenciatura en letras y dos años de doctorado en filosofía. A pesar de lo cual continuará con su aprendizaje en el arte del verso, dedicación que comparte, durante una prolongada estancia en los montes de Hoyo de Pinares (Ávila), con la atención al mundo físico y a la química ceremonial. Se reincorpora a la publicación en 1995, con El sermón del fresno (Pamiela, Pamplona), al que seguirá El dibujo de la savia (Lucina, Zamora, 1998). En la actualidad reside entre Jávea y Palma de Mallorca, y última La miel salvaje, de próxima publicación.
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