El protagonista de La vida asesina, el joven Jacques Verdier, es un verdugo disfrazado de víctima. Desde niño desarrolla una extraordinaria capacidad para provocar accidentes y muertes a su alrededor. Abandona su ciudad de provincias para trasladarse a París y alejarse de los malos recuerdos. Aspira al triunfo social y aunque lo consiga, nunca estará satisfecho y necesitará saciar su apetito de emociones de otro modo. Todo en esta obra resulta sorprendente. El enfoque es puramente moderno, despojado de cualquier elemento ineficaz en el relato. La obsesión del protagonista se convertirá en una trampa que no sólo atrapará a las personas que dice amar sino que acabará con él mismo.