La velada en Benicarló es, además de un libro de historia, una crónica de la guerra civil y el testamento político de Azaña. En ella el autor mantendrá los postulados que forman las bases de su concepción moral de la política y de su actitud intelectual: en definitiva, su concepto de la política como algo "razonable", su idea del Estado como motor de la reforma civilizadora y su devoción constante por la libertad. Ante el fracaso de la República, Azaña reflexiona sobre sus principios liberales y la realidad que los niega pese al choque entre idea y sociedad mantendrá su fe en la primera, pues la considera "verdad" moral de carácter universal, que no pierde su vigencia aunque en un momento histórico, en una determinada sociedad (en su caso, la española de 1936), fracase eventualmente.
Pese a sus humanas limitaciones, a sus errores o a su irremediable subjetivismo, La velada en Bernicarló es la mejor obra de Azaña y, sin duda, una de las obras más importantes del pensamiento político español. Cumple así dos importantes objetivos por un lado, su valor es inmenso para que las generaciones actuales comprendan mejor la guerra y la República y, por otro, refleja de modo meridiano la real dimensión de su autor: el hombre de razón, el liberal insobornable que ni en los momentos más duros de su vida perdió su amor a España y a la libertad. Y hoy, está más vigente que nunca.