La última lluvia es un poemario cargado de civismo solidario, de un ascendiente que va más allá de la realidad porque aspira a su transformación, y se sumerge en el naufragio de la existencia, la verdad del poema, su idioma de agua y viento, su pesadilla última; un ser humano ante el mundo y sus contradicciones, unas veces símbolo prometeico, otras íntimo de complicidades y ausencias; una insólita visión del sur con el clasicismo en los afectos, los ámbitos sociales como espacios para la reflexión y la costumbre de intentar descubrir el mundo y los sentimientos a través de lo que nos rodea y no sólo desde nuestra proyección interior. En definitiva, el mundo de Morales Lomas no es suyo exclusivamente, sino que también es un mundo conquistado, recuperado para los demás y de los demás un mundo solidario en el que La última lluvia es acaso la postrera opotunidad de seguir creciendo como personas.