La utilidad de la clasificación en cinco fases que hizo Blos de este período de la vida es ya célebre: ella no sólo ayudó a aclarar la etiología y la dinámica, sino también a localizar los «puntos de fijación» en que se produce un crítico «descarrilamiento» respecto del desarrollo normal. El autor ha señalado que en este período la regresión cumple un papel positivo, al ponerse «al servicio del desarrollo», y su evitación (la huida a roles adultomorfos) es un signo patológico tan grave como la perseverancia en ella (psicosis).