Una historia divertida sobre la antigua China relatada con humor y un
registro muy actual.
Es el año del conejo en la antigua China y se espera una tormenta de
dimensiones apocalípticas. Hasta acá, nada que no pueda deducirse del
título. Pero hay más: el emperador despierta y descubre uno tras otro
los nueves signos que auguran la llegada del fenómeno climatológico que
amenaza terminar con sus días como gobernante. Por supuesto que el
hombre se aterra y no es para menos: su primerísimo secretario es un tal
Confucio, que por más buena voluntad que le ponga, cada tanto se vuelve
inoportuno y molesto. Tanto así que el Emperador lo manda a ejecutar más
seguido de lo aconsejable. Y por el mismo precio se le sumarán una nube
amenazante y bastante altanera y el mago de la corte, un tal señor Fa,
que daría su colección de pañuelos y conejos por ver al Emperador de
rodillas. Lo que se dice una combinación nada saludable para su
Majestad, pero tal vez muy entretenida para los lectores.