La vida es como un gran laberinto en cuyo centro estamos; en nuestros intentos por salir de él tropezamos con multitud de obstáculos, desconocidos a veces, imprevisibles en muchas ocasiones, complejos siempre, que hemos de vencer de una u otra manera y que siempre están relacionados con los tres grandes principios de nuestro devenir: la política, la religión y la convivencia. En consecuencia, el libro contiene una serie de reflexiones sobre temas que, de alguna manera, se relacionan con los tres grandes principios antes citados: la ética, el infinito, la nada, el aborto, el aplauso, el piropo, la violencia, la muerte?; pero aunque sean reflexiones, son reflexiones abiertas, si bien a veces podría parecer lo contrario. La intención del autor es, tan solo, sugerir la posibilidad de pensar, de razonar, de concluir, si se puede; no pretende afirmar sus opiniones, sino colocar sobre la mesa temas en los que merece la pena detenerse un rato. Quizás pudiera decirse que es un libro de meditación? Pero ya al final, desea dejar claras dos cuestiones: no es un pesimista, aunque de la lectura del libro pudiera deducirse tal cosa; es un optimista convencido, es decir, es una persona que expone y analiza los problemas, pero los afronta siempre desde la seguridad de resolverlos, que ese es el verdadero optimismo. Y tampoco es utópico, que utopía es la formulación de un proyecto irrealizable en el momento de su formulación, pero no para siempre y el autor trata de abrir el camino que conduzca a esa posible realización.