Argumento de La Santidad de lo Cotidiano: las Humildes Verdades de Un Monje de Silos
Una protesta «silenciosa» contra la alienación y el engaño del hombre sometido a los caprichos de los que se permiten pensar por él. Una antropología para caminantes, empeñados en ser dueños de su vivir cotidiano. Este libro es el testimonio de vida de un hombre creyente, el relato de una experiencia que cobra más relevancia en un momento en el que el ideal de la objetividad y la cientificidad, la utilidad, el intercambio y el economicismo lo invaden todo. Una ventana abierta a una experiencia de vida que, para quien la vive, tiene sentido como ofrenda a los demás. El lector no encontrará aquí palabras ociosas, sólo las justas; las que expresan los sentimientos y experiencias surgidos en el silencio de un claustro. Es la voz profética que, desde el retiro de un monasterio, ofrece un modo de realizar la existencia humana. «La obra de Víctor Márquez Pailos participa, a la vez, del sentir y del pensar, de la poesía y del pensamiento.» Antonio Colinas «En este libro se dialoga sobre el vivir del hombre, aquí, en el mundo, en esta orilla del escenario de nuestra existencia, pero abierto al más allá, no enclaustrado Víctor Márque z Pailos (Gijón, 1968), monje benedictino en la abadía de Silos, es ensayista y poeta. Licenciado en Filología clásica por la Universidad de Oviedo, en Estudios Eclesiásticos por la Facultad de Teología de Burgos y en Filosofía por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 1991 ingresa en la Abadía benedictina de Santo Domingo de Silos (Burgos). En su seno ha venido desempeñando desde entonces diversas tareas, como celador de novicios, profesor de Filosofía, limpiador de la hospedería, ayudante de cocina, responsable de la revista Glosas silenses y Prior del claustro. Ha publicado El rostro de la soledad (2009), Cartas desde el silencio (2010) y, con el periodista Jesús Fonseca, Conversaciones en Silos (2011). Columnista dominical en El Comercio (Asturias) y La Razón, es asimismo cofundador de «Silos, punto de encuentro» y vicecanciller honorario de su escuela de pensamiento.1