Dawn y Jessie fueron inseparables en su infancia hasta que, de un día para otro, la familia de Dawn decidió mudarse. Casi nueve años después, con diecisiete años, Jessie sigue viviendo en Portland, es bailarina y tiene que alcanzar la perfección para incorporarse a una compañía profesional de danza. Por su parte, Dawn es extremadamente inteligente, está matriculada en un prestigioso programa académico de ciencias online que le garantizará una plaza en la Universidad de Stanford; padece misteriosos desvanecimientos de los que suele despertar lejos de casa, magullada, incapaz de hablar y sin recordar lo sucedido. Nadie, ni los médicos, saben qué le ocurre.
Cuando las chicas retoman el contacto, comparten sus dificultades familiares y crisis personales. Mientras los ataques de Dawn se vuelven cada vez más frecuentes, Jessie cambia su rumbo profesional al interpretar un ballet experimental que la obliga a explorar emociones crudas y salvajes que hasta entonces desconocía.
Un libro emocionante y lleno de contrastes y contrapuntos que aborda con brillante crudeza, como si de una danza agridulce se tratara, la relación de las mujeres con su propio cuerpo y la capacidad femenina para la autoafirmación.