Basada en hechos reales, esta novela narra las peripecias de una mujer que vivió a mediados del s. XIX, y su muerte conmocionó durante más de una década no sólo a la población de la localidad en que ocurrieron los hechos, sino a toda la comarca. La moralidad y las estrecheces de la época, así como la baja extracción social de los personajes chocan frontalmente con el carácter y la mentalidad del protagonista; lo cual, unido tanto a los burdos aspectos de la vida cotidiana en el medio rural como a la ambición y perversidad de algunas de sus gentes, hace que todo acabe teniendo un final inevitablemente trágico. Su rebelión contra el destino, signo evidente de la personalidad que lo caracteriza, es motivo una vez más de ese sentido crítico que envuelve al género humano, haciendo que continuamente pongamos en duda, con razón o sin ella, muchos de los comportamientos individuales y colectivos. El contenido de esta obra es, por tanto, un reflejo de este tipo de comportamiento al pretender dar vida, a través de sus páginas, y mediante un lenguaje sencillo y directo, a una historia que presenta aspectos coincidentes con la realidad, aunque combinando dos efectos fundamentales: realidad y ficción.