Elizabeth Beck-Gernsheim nos muestra en este libro cómo la familia tradicional no necesariamente debe desaparecer o disolverse. Pero es evidente que perderá para siempre la situación privilegiada que durante tanto tiempo ha mantenido. Su importancia cuantitativa se reduce, e incluso van apareciendo nuevos modelos de relación que no tienen por qué apuntar a una vida en soledad sino a lazos de otra índole. Y también surgen así formas de transición que delinean los contornos de lo que ya se está empezando a llamar la familia posfamiliar.