Fue a una escuela de ricos, pero su familia no lo era. Su madre le explicó que quería ponerle un nombre comunista y que ayudó a Don Mclean a escribir la letra de American Pie. Va demasiado a menudo de visita al hospital, primero por su papá y luego por su mamá. Todo sucede muy deprisa y muy lentamente mientras no deja de poner música en su vida, una canción tras otra desde que su hermana le dejó el walkman por primera vez. La reina está muerta es un viaje en una banda sonora en la que ninguna canción está grabada al azar, cada una es importante: vida, muerte, rostros, sexo y recuerdos. Una mezcla grabada con amor e inteligencia, pensada con cuidado para leer durante una excursión larga.